¿Cobra fuerza la percepción de la obsolescencia del embargo estadounidense a Cuba?
Y es que en la política, el ejercicio de pedalear en una bicicleta estática no trae los beneficios que la de los gimnasios. Lo único que produce con el paso del tiempo es desgaste y descrédito.
El asunto del embargo a Cuba ha sido tan traído y llevado que da pena hablar una vez más del tema ya sea a favor o en contra. Dicho esto ¿Entonces por qué lo traigo a colación este lunes 10 de febrero?
Esta semana han ocurrido dos posicionamientos al respecto que indican que vamos entrando, quiérase o no, en una nueva correlación de fuerzas en la opinión pública y en el seno de sectores vinculados directamente con el tema.
Hablo del ex gobernador de la Florida Charlie Crist y del magnate azucarero y exiliado cubano Alfonso Fanjul. El empresario cubano, quien ha sido influyente y poderoso actor del exilio anticastrista, ya ha visitado Cuba un par de veces y ha sostenido conversaciones con funcionarios cubanos, según han informado diversos medios de prensa. Fanjul no oculta que su objetivo es un reencuentro con la isla donde nació, siempre que las circunstancias sean las adecuadas. Para ello, y cito: "Tenemos la esperanza de que un día Estados Unidos y Cuba encuentren la
forma de que toda la comunidad cubana pueda vivir y trabajar junta". Hay que suponer que un hombre de negocios no esté cifrando su esperanza para las Calendas Griegas.
En cuanto a Charlie Crist, él ha manifestado que respalda acabar con el embargo comercial de EEUU contra Cuba. La importancia de este cambio de posición de quién fue gobernador republicano de la Florida no estriba en su pasado. El significado de este pronunciamiento radica en que en el presente Crist es de nuevo candidato a la gobernación de la Florida. Un político experimentado no hubiera hecho ese pronunciamiento hace apenas 5 ó 10 años. Algo está cambiando en la opinión pública para que un candidato en la Florida se decante claramente en contra del embargo. Esa bicicleta estática en las relaciones entre Washington y la Habana parece que comienzan a aflojársele los tornillos de sujección. ¿Podrá la soldadura en el Congreso mantenerla estática? Amanecerá y veremos.
No se hizo para derrocar al régimen sino como reacción a las confiscaciones de propiedades norteamericanas en Cuba sin compensación. Es un instrumento moral creado dentro de la soberanía de Estados Unidos, es un derecho de esa nación. Y si no existiera, en Venezuela y esos otros lares no habría ya corporación estadounidense alguna.
ResponderEliminarPor otro lado, está el fracaso. Si un grupo comienza una gestión en una nación-en una corporación, en una escuelita de barrio- y fracasa sustituyen al mencionado grupo o no reciben financiación de quienes no quieren aventurarse. La Junta Militar fracasó en Cuba pero como dioses se consideran inamovibles. La comunidad política internacional los acepta pues los dictadores manejan sus relaciones internacionales al estilo mafioso.