lunes, 17 de febrero de 2014

Ineludible

Tema obligado: Venezuela

Es que para un latinoamericano es inmoral mirar hacia otro lado.Entonces ¿De qué podría escribir este lunes en CUBAesDIVERSA que no fuera de Venezuela?
Lo primero a decir es que hay mayoría de inmorales entre los mandatarios de América Latina. Y no hablo de los que mandan en los países del ALBA. Ellos defienden sus intereses y su poder bajo el cuento del "socialismo del siglo XXI". Son consecuentes. Hablo del resto. De los que encabezan democracias verdaderas. 
Lo segundo es la gran interrogante ¿En que va a parar la cosa en Venezuela? No creo ni en videntes ni en la ciencia social. Todo puede suceder. Ni siquiera revisar la historia nos puede dar indicios valederos porque ,igual que cada persona, cada país es un mundo...diferente. Mi mayor preocupación ante el creciente desorden y violencia en las calles, debo confesarlo, son los cubanos que las circunstancias  han obligado a permanecer en aquel país.  porque se encuentran en medio de una desavenencia entre dos mitades de un pueblo ajeno. Una vez más.
Para terminar con este tema obligado, al final para que sea lo que quede en la mente del lector generoso que nos regala sus minutos,  las declaraciones de un preclaro latinoamericano, a quien personalmente admiro muchísimo. El costarricense Oscar Arias:
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Quiero sumar mi voz a un coro de preocupación que recorre buena parte de nuestra América. Miles de estudiantes y opositores al gobierno del Presidente Nicolás Maduro en Venezuela fueron brutalmente atacados con armas de fuego por los cuerpos de seguridad. Tres personas murieron y al menos 26 han resultado heridas al finalizar una serie de protestas en Caracas y otras ciudades venezolanas.
En ningún país verdaderamente democrático uno va a prisión o es asesinado por pensar distinto o por querer manifestar su oposición a las políticas del gobierno. Venezuela puede hacer todos los esfuerzos de oratoria que desee para vender la idea de que es una verdadera democracia, pero con cada violación a los derechos humanos que comete niega en la práctica esa afirmación, porque reprime la crítica y la disidencia. Todo gobierno que respete los derechos humanos debe respetar el derecho de su pueblo a manifestarse pacíficamente. El uso de la violencia es inaceptable. Recordemos la advertencia de Gandhi: “ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.
Siempre he luchado por la democracia y estoy convencido de que en una democracia, si uno no tiene oposición debe crearla, no reprimirla y condenarla a un infierno de persecución, que es lo que parece hacer el gobierno del Presidente Maduro. Venezuela debe respetar los derechos humanos, sobre todo los derechos de sus opositores, porque no tiene ningún mérito respetar sólo los derechos de sus partidarios.
En algún momento de su vida dijo Martin Luther King Jr. que “los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que en un período de crisis moral mantuvieron su neutralidad. Llega el momento en que el silencio se convierte en traición”. Por ello estoy consciente de que al hacer estas afirmaciones me expongo a todo tipo de críticas de parte del Gobierno venezolano. Me acusarán de inmiscuirme en asuntos internos, de irrespetar su soberanía y, casi con certeza, de ser un lacayo del imperio. Sin duda, soy un lacayo del imperio: del imperio de la razón, de la cordura, de la compasión y de la libertad. No voy a callarme cuando se vulneran los derechos humanos. No voy a callarme cuando la sola existencia de un gobierno como el de Venezuela es una afrenta a la democracia. No voy a callarme cuando se pone en jaque la vida de seres humanos, por defender sus derechos ciudadanos. He vivido lo suficiente para saber que no hay nada peor que tener miedo a decir la verdad.

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