lunes, 31 de marzo de 2014

Trilogía de Humor Cubano

Tres muestras de libros relacionados con el humor criollo en la mayor de las Antillas.

El otro día leí en el periódico local acerca de una especie de antología de cuentos y chistes cubanos, y como mi hermano es un aficionado a ese arte (¿o artesanía?) y lo disfruta muchísimo, lo busqué en Amazon para hacérselo llegar. Naturalmente, después de leérmelo yo. Entonces, me di cuenta  que en el curso del último año había tropezado con tres de estos libros. Hoy, para dejar a un lado a la ciencia, a la política y "otras hierbas -incluyendo a la cizaña"- como dice Camilo Egaña en su programa Encuentro, en CNN, traigo una breve impresión de cada una de estas obras.
Con la literatura de este tipo, que tiene muchas variantes, desde el costumbrismo fino hasta el "cuento de relajo", me tropecé desde la juventud por las columnas de Eladio Secades, los libros de Jardiel Poncelá, las crónicas de Humberto Zumbado en Juventud Rebelde, o los semanarios Zig-Zag y Palante.
Pero desde que salí de Cuba no había vuelto a sonreír leyendo. Hasta hace un par de años, cuando compré y leí "Sentencias Píblicas" de El Pible (Pablo Garí)
 La agudeza de sus frases se completa con los autores a los que se las atribuye. Un ejemplo: El dinero no da la felicidad... la felicidad la da gastarlo/  Jacqueline Onassis. Otra: Matusalén murió por la ley de la grave-edad /Tutankamen. En las 118 páginas del libro ni una sola es desperdicio.
Hace menos tiempo, tal vez unos meses, busqué en las bibliotecas por el nombre de Guillermo Álvarez Guedes. Así encontré Cadillac 59. Aunque tiene sus pasajes y expresiones que delatan al gran comediante, se trata de un relato de aquellos tiempos de la implantación en Cuba del régimen que modeló Fidel Castro, ese egocéntrico por excelencia,  a puro voluntarismo y desprecio por "los demás". En mi opinión, el genio de Álvarez Guedes como actor comediante e insuperable contador de cuentos de humor no cuajó en esta obra, un lugar común en la literatura del exilio histórico, como suele llamársele a la diáspora cubana de los años 60, principalmente la asentada en Miami.

El que leo en estos días es una "Antología de chistes y otras expresiones humorísticas cubanas", armada por José Sánchez-Boudi. En la contraportada del libro nos hablan del autor, un exabogado penalista a finales de la Cuba republicana y diz que con más de cien libros publicados, entre ellos un Diccionario  Mayor de Cubanismos.


Su antología de chistes... no la he terminado de leer, pero promete por su diversidad. Se inicia con un prólogo estudio donde evidencia la genealogía hispana y especialmente andaluza del choteo cubano, sigue tocando el carácter "higiénico" de la risa, las malas palabras y lo escatológico del humor criollo y una muy breve referencia al teatro bufo. Todo esto en apenas 30 páginas. Enseguida la antología propiamente dicha. Una ensalada mixta, de donde saco algunos ingredientes, como aperitivo:
  • Cuentos de la revolución (políticos), uno breve de ejemplo: -Papá, papá ¿Todos los cuentos cubanos terminan con colorín colorao ya mi cuento se ha acabao? - No mi hijo, algunos terminan con "Patria o Muerte, Venceremos".
  • Cuentos sobre los cubanos de Miami: 
CUBANO EN LA FACTORÍA Le dice uno a su mujer: -Vieja, ahora sí que estamos hechos, incluso voy a pedir un aumento de sueldo.
-¿Y que fue lo que te pasó? (pregunta la mujer).
-Imagínate que el Jefe me dijo que yo era la Candela.
-¡Guao! Y te lo dijo en español.
-No vieja, en inglés. Me dijo YOU ARE FIRED!
  • Cuentos de Pepito: La maestra regaña a Pepito y le dice: ¿Por qué llegas siempre tarde a la escuela? - Por el cartel, señorita.
 -¿Cartel? ¿ Qué cartel?                       - El que dice "DESPACIO ESCUELA"

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