lunes, 10 de marzo de 2014

Debacle Regional

Legitimación de un nuevo tipo de régimen en las Américas

La resolución emitida por el Consejo Permanente de la OEA sobre la crisis en Venezuela contó con el voto de respaldo de 29 países, 3 en contra (Estados Unidos, Panamá y Canadá) y la ausencia de Bahamas y Granada.
El texto que puede consultarse dondequiera, favorece absolutamente el manejo de la situación por parte del presidente Nicolás Maduro. Tiene razón el heredero de Chávez cuando dijo que el gobierno de Panamá "fue por lana y salió requete-trasquilado". Entre los muchos contenidos de la resolución que contentan al régimen de Caracas no podía faltar la usual invocación del "principio de autodeterminación". Es la patente de corso  que se utiliza o se echa a un lado  a conveniencia. Baste recordar el caso de Honduras cuando el congreso y el tribunal supremo destituyeron al presidente Zelaya de acuerdo con la constitución del país. Entoces la OEA se botó de injerencista y  desarrolló una cruzada para asfixiar al gobierno del Presidente del Congreso, que asumió conforme a los lineamientos constitucionales.
Este último episodio del sábado pasado en la OEA es colofón de lo que se venía proyectando durante toda la etapa coincidente con la gestión de José Miguel Isulza como secretario General: La Carta Democrática es papel mojado,  o más apropiadamente papel higiénico. 
Aquel documento caracteriza los valores de la democracia occidental. La división de poderes, la libertad de expresión y de prensa, las elecciones en condiciones de igualdad para el uso de los medios y sin que el gobierno interfiera a favor de un partido. En fin, las fuerzas armadas como una institución al servicio de la Constitución y no de un partido o una parte de la población. Todas ellas características que no cumple ni de hecho ni de derecho la doctrina y la ejecución del chavismo. Todas ellas violadas sistemáticamente por el heredero Maduro. Ahora en plena crisis se ha añadido la represión brutal y el encarcelamiento de opositores.
La realidad es que la correlación de fuerzas en nuestra región, y hablo de las Américas y el Caribe, ya está (por acción u omisión)  claramente de parte de la legitimación de los nuevos regímenes populistas con reelecciones indefinidas, coacción a la prensa, ejércitos "populares" que sirven a un partido y poderes legislativos y judiciales que son apéndices de un caudillo omnipotente. 
Ya no son, como en los tiempos de las dictaduras militares,  regímenes de facto. El significado de esta resolución de la OEA es que ahora en las Américas se han legitimado las dictaduras de nuevo tipo. 
La semana próxima intentaré analizar algunos de los factores causales que han contribuido a esta debacle regional.

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