lunes, 14 de abril de 2014

Diálogo de Sordos

Expectativas y previsiones de futuro tras el encuentro entre el gobierno de Venezuela y sectores de la oposición.

El pasado jueves 10 aproximadamente dos decenas de opositores y figurantes del gobierno chavista se enfrascaron en un debate del tipo "échate a ti la culpa" en presencia del heredero de Hugo Chávez,  y también de las cámaras y micrófonos de Venezuela y la prensa internacional.
Nada de lo mucho dicho por la oposición,  ni de la reiteración ideológica de la tesis clasista por el gobierno,  fue refutado por la otra parte. Lo poco concreto fue la oportunidad para los opositores de usufructuar los medios masivos de comunicación (radio y TV, las redes no son tan masivas en todos los grupos etarios como se dice),  y para el gobierno de guardar las apariencias junto a los cancilleres de UNASUR al tiempo que reforzaban sin disimulos su posición de intolerancia. 

De las seis horas reproduzco aquí menos de 5 minutos. El diputado Henry Ramos tocó un punto capital que a mi juicio tiene que ver con el sostén principal de la dictadura militar que con velo tenue de democracia opera en Venezuela:

                                                          (3 minutos y pico)
Diosdado Cabello se destacó como implacable hombre fuerte, coherente con la imagen que ha dado siempre. El militar que acompañó a Chávez en el frustrado golpe de 1992 habló en el diálogo, en lugar del presidente de la Asamblea Nacional,  como el militar que es y que la dirige como se manda un cuartel:

                                                          (20 segundos)
El futuro ha sido anunciado sin ambages  por el gobierno. El propósito de la "Unión cívico-militar" de Diosdado es meter en cintura a los no chavistas. Para ello no van a ceder en lo de la liberación significativa de presos, sino todo lo contrario. No van a tolerar las manifestaciones en las calles sino que seguirán hostigando con mayor intensidad a los manifestantes mediante fuerzas regulares, infiltrados y colectivos paramilitares. El objetivo va a ser aterrorizar a los estudiantes y la población en general para imponer en las calles el sosiego de los cementerios. Está por ver si lo conseguirán o no. 
El diálogo televisado ha tenido la virtud de poner las cartas sobre la mesa y será un punto de inflexión de la crisis. En cuestión de semanas, si la oposición no retrocede en ninguno de los dos frentes abiertos - la calle y el tete a tete con el gobierno- el gobierno tendrá que entrar por el aro (más ancho o más estrecho) ante un país paralítico e ingobernable.

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