Los extremos de la manipulación de la información por la prensa gubernamental en Cuba, la única de circulación legal en el país.
Hasta el díscolo jovencito canadiense e ídolo pop entre las adolescentes estadounidenses Justien Bieber, para la prensa oficial de Cuba es una buena pieza de caza en la batalla ideológica contra el imperialismo yanqui.
El cantante pop es la figura cumbre de la fanaticada en el grupo juvenil cuyas edades acaban en teen (tin) en el vocabulario inglés, de los 13 a los 19 años. Lo sé y lo conozco de cerca en mi nieta Cosette, una juiciosa estudiante que sin embargo "padece" de una admiración y enamoramiento platónico desmesurado por este artista juvenil.
El muchacho, como casi todos los artistas populares de ese y afines géneros, hace ostentación de una conducta escandalosa, que linda con lo antisocial y en ocasiones quiebra reglas de urbanidad y hasta normativas legales "de baja intensidad".
Como resultado de todo esto más de 273000 personas firmaron una petición a la Casa Blanca para que el canadiense fuera deportado. Naturalmente que la legalidad estadounidense debe garantizar una justicia equitativa administrada por los tribunales. De ninguna manera una petición arbitraria por un 0.08% de la población obliga al ejecutivo a ejercer influencia perniciosa declarándose en un sentido u otro, en cualquier área incluyendo la migratoria.
La respuesta oficial fue que no hará comentario alguno del asunto para precisamente no ejercer influencia impropia. Demostración ejemplar de apego a las leyes y respeto a la constitución y derechos humanos de propios y extraños. Ahora veamos la nota del diario oficial de la Juventud Comunista de Cuba: "El gobierno de Estados Unidos rechazó analizar una petición que exige
deportar al cantante canadiense Justin Bieber, aunque duplicó el número
de firmas requeridas para el proceso, reportó PL."
Lo visto demuestra cómo, sin vulnerar la verdad del hecho, se puede manipular al lector dócil y adocenado por años de adoctrinamiento sistemático. Nada engaña más a la gente que la verdad. Buen ejemplo para ser usado como "modelo" por una Escuela de Periodismo "revolucionario" o bolivariano, que es lo mismo y también igual.
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