lunes, 20 de enero de 2014

El Quinquenio de Obama

Hoy se cumplen 5 años exactos de Obama en la Casa Blanca: echemos una ojeada

El 20 de enero de 2009 tomaba posesión de la presidencia de Estados Unidos Barack Obama, primer afroamericano, como se les dice aquí a negros, mulatos y jabados,  que alcanzaba ese cargo en 220 años. Ha completado pues su primer quinquenio.
Lo apostó casi todo a la Ley de Cuidado de Salud Asequible. En su implantación y en el arranque de su ejecución le ha ido tan mal y sus funcionarios han cometido tantas chapucerías que los adversarios políticos la han rebautizado Obamacare (cuidadoObama) para identificar al presidente con una pésima gestión. Acompañado, por supuesto, de una campaña mediática para publicitar hasta el cansancio sus desventajas e ignorar sus virtudes. 
Al final del lustro que está  por transcurrir se podrá evaluar con realismo ese cambio en un sistema de atención de salud que apenas comienza a entrar en vigor en este primer trimestre del 2014. Lo que está claro es que hacía mucho tiempo que se necesitaba modificarlo. Claro, para bien, no para peor. Veremos. Se hará camino al andar.
Tomó posesión con el país al borde del abismo por una recesión rampante. Los Estados Unidos no se han hundido y en su primer período Obama consiguió salir de la recesión. Esto casi nadie lo nota porque los pueblos, como colectivo, todos sufren Alzheimer. Tienen flaca memoria.
Después de los primeros dos años ha tenido que bregar con un congreso frenado por la Cámara de Representantes, con una mayoría empeñada en entorpecer las iniciativas del Ejecutivo, al costo que fuera para el interés del país, con tal de impedir la reelección del afroamericano a un segundo período.
Las filtraciones hacia los medios de difusión  sobre los procedimientos de los departamentos de seguridad nacional y el incumplimiento con sacar una reforma migratoria han sido dos débitos importantes en su gestión.
Esta semana le puso un parche a los supuestos excesos de la Agencia de Seguridad Nacional en atisbar la privacidad de los ciudadanos estadounidenses y de importantes aliados foráneos. ¿Podrá en los tres años que le quedan arreglar un poco la situación de los 12 millones de indocumentados dentro del país? No va a depender de él. 
En resumen, el quinquenio ha transcurrido sin penas ni glorias. Ha cumplido como presidente promedio. No ha sido ni Reagan, ni Clinton, ni Lincoln. Pero tampoco ha sido un Carter. En su contra ha tenido las expectativas de los dos lados mayoritarios de la sociedad estadounidense y del mundo. Demasiado elevadas de parte de las clases menos afortunadas y los progresistas. Y prejuiciadas en exceso del lado de conservadores, anti estatistas y racistas tapiñados.     

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