lunes, 1 de diciembre de 2014

Dignidad Trascendente

VI-8  HUMANIDADES

El Papa Francisco y su discurso conceptual al Parlamento Europeo

MARTES 25 DE NOVIEMBRE


El objetivo del blog de esta semana es remarcar un enlace (link) al discurso del Papa, al que se accede pinchando en la fecha de arriba del pasado martes 25. En esta ocasión el dignatario católico trata problemas de la humanidad que nos atañen directamente a todos. 
Vale la pena meditar su mensaje al tiempo que nos hacemos una introspección, porque en diferente cuantía cada uno de nosotros contribuimos, a veces sin darnos cuenta, a sostener y reproducir esos graves problemas que han sobrevenido junto con el progreso y el desarrollo científico y tecnológico de la humanidad. 
Entonces, no debo extenderme con mi torpe palabra en esta motivación. Traigo un trozo del discurso papal, como aperitivo de lectura. Fragmentos en que Su Santidad se refiere al concepto con que he titulado esta entrada de hoy.     
"Así, hablar de la dignidad trascendente del hombre, significa apelarse a su naturaleza, a su innata capacidad de distinguir el bien del mal, a esa «brújula» inscrita en nuestros corazones y que Dios ha impreso en el universo creado; significa sobre todo mirar al hombre no como un absoluto, sino como un ser relacional. Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la soledad, propia de quien no tiene lazo alguno. Se ve particularmente en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también en los jóvenes sin puntos de referencia y de oportunidades para el futuro; se ve igualmente en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los ojos perdidos de los inmigrantes que han venido aquí en busca de un futuro mejor."...
 "A eso se asocian algunos estilos de vida un tanto egoístas, caracterizados por una opulencia insostenible y a menudo indiferente respecto al mundo circunstante, y sobre todo a los más pobres. Se constata amargamente el predominio de las cuestiones técnicas y económicas en el centro del debate político, en detrimento de una orientación antropológica auténtica. El ser humano corre el riesgo de ser reducido a un mero engranaje de un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado, de modo que – lamentablemente lo percibimos a menudo –, cuando la vida ya no sirve a dicho mecanismo se la descarta sin tantos reparos, como en el caso de los enfermos, los enfermos terminales, de los ancianos abandonados y sin atenciones, o de los niños asesinados antes de nacer."
Sabemos que la mayor cuota de enmienda les corresponde a los poderosos de la Tierra. Los gobiernos y los poderes fácticos que mueven los hilos de este mundo de hoy. Pero cada persona tiene "el poder de uno" que debiera impedirnos situarnos al margen de la realidad, como si fuéramos espectadores críticos exentos de responsabilidad. Tomar conciencia de la dignidad trascendente humana y actuar en coherencia con ella pudiera convertirse en "el poder de todos." 

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