CIENCIA Y ACTUALIDAD
Del episodio de Luis Suárez, la neurociencia y el libre albedrío
A medida que la ciencia descubre los resortes neurofisiológicos detrás de la conducta humana el concepto de libre albedrío es más cuestionado. Lejos de ser los autores intencionales de nuestras vidas, estamos siendo empujados constantemente por eventos pasados y por el poder oculto de la maquinaria de nuestra mente subconsciente.
La verdad es que la conducta humana es el resultado de una compleja secuencia de causas y efectos que están por completo fuera de nuestro control. Somos organismos sujetos a las leyes físico-químicas del universo. El libre albedrío es un mito.
Por ejemplo, ¿Es concebible que el delantero del fútbol uruguayo, Luis Suárez, haya decidido conscientemente reincidir por tercera vez en su conducta perruna, cuando mordió al jugador de Italia Chiellini? Es innegable que tras esa absurda agresión yacen mecanismos neurobiológicos, reflejos e incluso determinantes genéticos propios de ese organismo que es Luis Suárez. Muchos estudios recientes en la Neurociencia aportan nuevos elementos que apoyan la tesis de que nuestra experiencia de decisiones conscientes no es más que el producto de procesos neurológicos que determinan la acción humana y no es su causa.
Las implicaciones éticas de la negación del libre albedrío son de enorme alcance y muy controversiales. La responsabilidad criminal podría verse diluida por mecanismos neurofisiológicos. De hecho, ya ocurre en parte en casos específicos donde entre peritos y jueces se exime o no de culpa a un acusado.
Así las cosas, ¿Fue abusiva la sanción de la FIFA para con Luis Suárez? No lo creo. Sea resultado de su libre elección o de desconocidos traumas o mecanismos neurobiológicos es claro que un jugador con esa característica no puede permanecer en el fútbol organizado. Si el problema es incurable y se produce una cuarta agresión, no cabe duda de que el delantero uruguayo deberá ser suspendido de por vida.